Arqueología sociedad y cultura en la amazonía..... Buscando la integración pluricultural y desarrollo social en la región amazónica, un gran desafío para los pueblos amazónicos del siglo XXI...........(Editado y diseñado por Max Junior Rojas Ríos......--2009--)

viernes, 13 de julio de 2007

La Cultura Chachapoyas (Amazonía Peruana)


Chachapoyas zona de influencia de los hombres de la famosa cultura Sachapuyas (sacha: monte, y puya: neblina), creadores de la imponente ciudadela de Cuélap, El gran Pajatén y otras ciudades que conforman una gran confederación de pequeños reinos antes de los incas.

Los Chachapoyas estaban integrados por diversos grupos étnicos afines, así como también por distintas modalidades lingüísticas, emparentadas probablemente entre sí pero diferentes al quechua. Hay quienes como Bandelier (1907,1940) y Middenfordf (1893.95) subrayan la presencia de ingredientes lingüísticos de procedencia colla o aimara en las modalidades del idioma hablado en la región de los Chachapoyas.

Según Kauffman Doig, la cultura Chachapoyas tuvo sus inicios en la Etapa 7, aproximadamente en el siglo VIII de nuestra era, y menciona que debió alcanzar su florecimiento apartir del año 1000 después de cristo y se prolongo hasta la llegada de los españoles al Perú.

Con anterioridad a los Chachapoyas, por lo menos desde hace más de 7,000 años, su territorio era ya recorrido por el hombre como lo atestigua la presencia de testimonios rupestres (Bueno y Lozano 1982; Gamonal 1981; Miasta 1979), de la cual según Kauffman esta expresión artística continúo ejercitándose aún en tiempos del Incario.

También se cuenta con testimonios preChachapoyas correspondientes a los tiempos del florecimiento de la etapa primera de la civilización ancestral peruana, un ejemplo de ello, se expresan en la cerámica de Bagua analizada por Ruth Shady (1971), así como también a través de grandes monolitos con reminiscencias Chavín y otro cercano a los de Kunturwasi (Gamonal 1982, 1983; Kauffman y Gamonal 1989).

Chachapoyas zona de influencia de los hombres de la famosa cultura Sachapuyas (sacha: monte, y puya: neblina), creadores de la imponente cuidadela de Kuélap, El gran Pajatén y otras ciudades que conforman una gran confederación de pequeños reinos antes de los incas.

Los Chachapoyas estaban integrados por diversos grupos étnicos afines, así como también por distintas modalidades lingüísticas, emparentadas probablemente entre sí pero diferentes al quechua. Hay quienes como Bandelier (1907,1940) y Middenfordf (1893.95) subrayan la presencia de ingredientes lingüísticos de procedencia colla o aimara en las modalidades del idioma hablado en la región de los Chachapoyas.

Según Kauffman Doig, la cultura Chachapoyas tuvo sus inicios en la Etapa 7, aproximadamente en el siglo VIII de nuestra era, y menciona que debió alcanzar su florecimiento apartir del año 1000 después de cristo y se prolongo hasta la llegada de los españoles al Perú.

Los arqueólogos Henry y Paule Reichlen (Reichlen y Reichlen 1950) propusieron dividir en tres periodos el proceso arqueológico de la cultura Chachapoyas: Cuélap, Chipuric y Revash.

Con anterioridad a los Chachapoyas, por lo menos desde hace más de 7,000 años, su territorio era ya recorrido por el hombre como lo atestigua la presencia de testimonios rupestres (Bueno y Lozano 1982; Gamonal 1981; Miasta 1979), de la cual según Kauffman esta expresión artística continúo ejercitándose aún en tiempos del Incario.

También se cuenta con testimonios preChachapoyas correspondientes a los tiempos del florecimiento de la etapa primera de la civilización ancestral peruana, un ejemplo de ello, se expresan en la cerámica de Bagua analizada por Ruth Said (1971), así como también a través de grandes monolitos con reminiscencias Chavín y otro cercano a los de Kunturwasi (Gamonal 1982, 1983; Kauffman y Gamonal 1989).

Testimonios culturales

Son diversos investigadores, que han estudiado la arquitectura Chachapoyas. Uno de los grandes exponentes son los conjuntos arquitectónicos de Cuélap (Narváez 1996-97), Olán, Yálape, Purunllacta, (rebautizado por Savoy como "Gran Vilaya"), Pajatén (Bonavia 1968, Kauffmann Doig 1980, 1984,2000). Cuélap, se extiende por 600 metros en su eje longitudinal, está conformado por una plataforma construida sobre la cima de una elevada montaña. Los muros que la sostienen, levantados con piedras uniformes y careadas, se elevan hasta por 19 metros. La arquitectura Chachapoyas se caracteriza también, por exhibir dos formas de patrones funerarios: el mausoleo y el sarcófago, sepulcro unipersonal de aspecto humano (Langlois 1939, Kauffman 1996).

En cuanto a la cerámica, la de los Chachapoyas es tosca tanto en lo que se refiere a su factura como a su decoración. Los elementos decorativos están prácticamente limitados a motivos acordonados o "achurados". Meter Lerma (1986) propone que éstos son de origen amazónico. En todo caso, éste sería el único patrón procedente de la Amazonía ya que, de acuerdo a las constataciones de Kauffman Doig (1996), los Chachapoyas se enraízan en la tradición andina. Dicho investigador menciona, que en el territorio Chachapoyas aparece disperso un tipo de cerámica negra, bien alisada y afiliada al parecer a la alfarería Chimú. Y menciona que de no ser así, debió ser introducida de la costa norte por trueque o por medio de otro conducto. Del área de los Chachapoyas proceden, asimismo, recipientes de cerámica Cajamarca y aun de estilo Chancay. Arturo Ruiz Estrada (1972) elaboró una seriación de la cerámica Chachapoyas basada en un muestrario que reunió en Cuélap.

Queros o vasos ceremoniales de madera, al igual que quipus, son por su parte muestras de la presencia incaica en territorio de los Chachapoyas. Ésta queda igualmente atestiguada por las ruinas de discutida factura Inca de Cochabamba (Schjellerup 1984), y asimismo por testimonios de cerámica Inca imperial e Inca provincial como los ubicados en Pajatén y en otros sitios Chachapoyas de la cuenca del Utcubamba (Kauffman Doig 1996).

Estudios e Investigaciones

Los arqueólogos Henry y Paule Reichlen (Reichlen y Reichlen 1950) propusieron dividir en tres periodos el proceso arqueológico de la cultura Chachapoyas: Cuélap, Chipuric y Revash. Entre otros estudios tenemos el de Ruth Shady (1971), Ya mencionado líneas anteriores, que analizó cerámica procedente de Bagua, también tenemos estudios de Ruíz Estrada (1972), quién analizó la cerámica procedente de Cuélap, que es lo que voy a explicar a continuación:

Ruíz Estrada, realizó excavaciones en el fundo Cuélap, así como el estudio de la alfarería encontrada, le permitieron establecer un secuencia de cronología relativa es que la cerámica más antigua sería la fase Cancharín, que corresponde al periodo Intermedio Temprano; le sigue la fase Pumahuanchina, que corresponde al Horizonte Medio, continúa la fase Cuelap, situada entre el Horizonte Medio y el Periodo Intermedio Tardío mismo, finalmente figura la fase Cuelap Inca en la cual se dan las manifestaciones Cuelap asociadas a la alfarería Inca.

En la fase Cancharín puede distinguirse principalmente por la presencia de alfarería tipo Cuelap Pulido y Cuelap Alisado Estriado, que sirven como tipos diagnósticos. La fase

Pumahuanchina es diferenciable fundamentalmente por la aparición de la cerámica Cuelap Pintado Pulido, asociada a alfarería Cajamarca III. La fase Cuelap, se distingue primordialmente por la presencia de los tipos cerámicos Culpa Pintado Alisado A, B y C. En la última fase de la secuencia, Cuelap Inca, continúan los tipos de Cuelap, pero aparece como novedad el tipo Cuelap Pintado Aplicado y alfarería típicamente incaica.

Ruíz, ante su secuencia planteada, llega a la conclusión, de que antes que se construyera la llamada Fortaleza de Cuelap hubieron grupos humanos establecidos en el mismo lugar, y probablemente la construcción de los edificios que hoy se observan corresponde a la fase Cuelap, dada la asociación de los tipos alfareros de esta fase con las edificaciones del lugar.

El aporte de Ruíz, es que fue quién por primera vez realizó un estudio arqueológico en Cuelap al cual le asignó sus secuencias estilísticas en base a cerámica.

Estudió los tipos alfareros con todos sus rasgos y asociaciones. Y llega a la conclusión que hay difusión de elementos cerámicos de Cajamarca a Cuelap, área que tuvo influencia ostensible en el desarrollo alfarero desde la fase Pumahuanchina. Según Ruíz hay otro caso, y lo constituyó la alfarería Huari.

Entre otros estudios e investigaciones, tenemos a Abel Ocampo (1982), realizó un estudio descriptivo de Chivane, monumento situado en territorio Chachapoyas pero levantado con anterioridad a la cultura de este nombre; corresponde a tiempos de las expresiones tempranas o formativas de la civilización del Perú, según Kauffman Doig.

Cochabamba conforma otro polo: este importante centro administrativo construido durante el Incario fue visitado por Julio César Tello y ha sido descrito por Inge Schjellerup (1984). Sobre las ruinas del Pajatén hay un estudio descriptivo publicado por Duccio Bonavia (1968). Por su parte, Keith Mascutt (1998) tanto como Federico Kauffman Doig (1996), son autores de estudios de conjunto sobre la cultura Chachapoyas.

Cuélap: Ha recibido estudios de Louis Langlois (en los años treinta), Ruiz Estrada, así como también de Federico Kauffman, entre otros ya mencionados líneas anteriores.

Cuélap, se eleva a la margen izquierda del Utcubamba, y está conformada por una enorme plataforma que corona la cresta de un cerro calcáreo conocido como la Barreta. Algunos de sus recintos ostentan decoración en sus muros, en forma de frisos que expone motivos simbólicos. De entre los numerosos recintos destacan tres estructuras: El Tintero, La Atalaya y El Castillo. Cuélap posee construcciones circulares levantadas sobre terraplén embaldosado, utilizando piedras canteadas regulares y empleo de decoración mural.

Hasta el momento no se ha podido precisar en qué momento de su desarrollo los Chachapoyas levantaron Cuélap. Pero algunos investigadores como Kauffman (1996), le otorgan la fecha de 1000 de la era cristiana.

Pajatén: Recibió estudios importantes de Bonavía (1968), también de G. Savoy en la década del setenta.

Las ruinas del Pajatén, ofrece dos aspectos importantes para su estudio: uno se refiere a sus peculiaridades arquitectónicas, el otro al mundo de sus iconografías. Tiene construcciones circulares a modo de "torreones", en distintos niveles pero a escasa distancia.

Según Bonavía (1968), los 16 torreones se extienden sobre una superficie algo mayor a una hectárea, correspondiente a la zona deforestada por la Expedición de 1966. Se distingue plazoletas embolsadas, dos de ellas con una Huanta, así como escalinatas que conducen a un segundo piso. Bonavía menciona que los techos habrían sido cónicos, aunque según Kauffman (1996), hay que tomar en cuenta que el tipo de techo usado en las construcciones emparentadas técnicamente, de Los Pinchudos, es casi plano, logrado en piedras lajas que se proyectan hacia el interior y exterior, en arco falso.

En cuanto a los motivos iconográficos, se presentan relieves altos y planos (figuras), recurriendo para ello a la técnica de expresar las líneas haciendo sobresalir piedras constructivas del aparejo. Hay diseños geométricos, fundamentalmente grecas. Hay cabezas de figuras antropomorfas. Se presenta decoración en los pisos de recintos, en algunos casos.

Según Kauffman Doig, la iconografía en Pajatén, se divide en tres categorías:

● Categoría primera: Motivos biomorfos (antropomorfos y zoomorfos). Con líneas esquemáticas y angulosas. Los personajes aparecen sentados de frente, con las piernas flexionadas y abiertas. Figuran seres sobrenaturales de sexo femenino con vientre abultado.

● Categoría segunda: Motivos geométricos. Sobresalen grecas y motivos escalonados y horizontales.

● Categoría tercera: Motivos semiabstractos. Figuras estrelladas, geométricas y convencionales, presentes en edificios.

Entre otros sitios arqueológicos de la Cultura Chachapoyas, son: Olán, Condón, Yalap, Purun Llacta, entre otros.

Con referencia a los patrones funerarios, Kauffman hace referencia a dos patrones funerarios, para personas ilustres: el mausoleo (pucullo o Chullpa), y el sarcófago o purun-machu. Es en Carajía, donde se ubican los sarcófagos Chachapoyas de mayor prestancia. Dichos sarcófagos están emplazados en lo alto de una pared rocosa que cae verticalmente.

Los sarcófagos de los Chachapoyas: Según Kauffman Doig, están constituidos por una cápsula de arcilla que alberga una momia en cuclillas, envuelta en telas y sentada sobre el pellejo. Diversos objetos tales como recipientes de cerámica y utensilios empleados en el arte textil aparecen rodeando al difunto, momificado. Según Kauffman las cápsulas funerarias Chachapoyas no abundan en ofrendas, como sí sucede en las sepulturas cordilleranas y costeñas, algo que está en contradicción con el carácter monumental y suntuoso del sarcófago. El material utilizado en la fabricación del sarcófago fue fundamentalmente la arcilla de tonalidad crema.

Según Kauffman Doig (1989), la diversidad de formas que presentan los sarcófagos Chachapoyas, incluyendo su tamaño, podría explicarse como surgida en la intención de destacar grados jerárquicos. Y menciona que aparte de ostentar rasgos humanos los sarcófagos, aparenta al mismo tiempo el contorno de un falo. Y la condición ambivalente, que presentan los sarcófagos conspicuos, recuerda la que puede observarse también en los monolitos de Recuay, de Aija, de la Merced, así como también en los cuchimilcos de Chancay que evocan una figura humana que al mismo tiempo descubre ser un falo expuesto. Y es por este motivo que Kauffman llega a la conclusión, que el sarcófago Chachapoyas del tipo conspicuo imitaba, grosso modo, el aspecto que corresponde al fardo funerario andino.

A parte de losa sarcófagos de Carajía, en el cual el Grupo 1, es el más encumbrado que se conoce, los integraban originalmente ocho sarcófagos, en los cuales todos iban pintados, con motivos a base de líneas trazadas en dos tonos de rojo. Los sarcófagos del Grupo 1 de Crujía rematan en su sección superior en una punta, presente sobre la cabeza-mascarón. Hay otros sarcófagos: de Solmal, Yambata, Chipuric, Liej, San Antonio, Tingorbamba, entre otros.

Los Mausoleos de los Chachapoyas: Los mausoleos Chachapoyas, podrían haber surgido como modalidades del patrón chullpa o pucullo. Al respecto se tiene estudios por Charles Wiener (1884), posteriormente los arqueólogos Henry y Paule Reichlen (1950) analizaron el contenido de uno de los mausoleos vistos por Wiener, y retiraron los escombros del techo de uno de ellos que se había desplomado. Kauffman Doig (1989,1993), logró identificar y analizar, diversos mausoleos: Tingomarca, Ochín, Peña de Tuente, Guanglic, La Petaca, y tros más allá de la cuenca del Utcubamba como Pumanche (Uchumarca), Los Pinchudos (Pajatén), y posteriormente, en 1997, el Grupo 1 de la Laguna de las Momias.

Los mausoleos Chachapoyas consisten en cámaras sepulcrales construidas de piedra. Sus paredes eran revocadas, y en otros casos pintadas con figuras mágico-religiosas, o también decoradas con representaciones mágico-religiosas utilizando parte del mismo material constructivo de los muros: haciendo sobresalir de la superficie del muro algunas piedras a fin de formar figuras.

Uno de los mausoleos más representativos de la cultura Chachapoyas, es Los Pinchudos o Los Pucullos, que se ubican cerca de las ruinas de Pajatén. Cinco son los mausoleos que conforman el grupo de el grupo de Los Pinchudos, más dos que se presentan en dirección oeste del citado conjunto. Se tratan de construcciones de planta rectangular así como también en media luna, levantadas con muros de piedra, y alcanzan una altura hasta más de 4m de alto y 2 a 3 m de diámetro. Otros mausoleos, son: Revash, Ochín, Tingorbamba, Liej, Peña de Tuente, Pumanche, etc.

Kauffman Doig (1996,1997), menciona que los Chachapoyas fueron eximios tejedores, y que decoraban mates con figuras pirograbadas, tallaban la piedra y la madera, y dejaron pintura mural.

viernes, 6 de julio de 2007

ARQUEOLOGÍA – AMAZONIA COLOMBIANA


La Amazonía colombiana fue habitada por poblaciones humanas desde hace más de diez mil años. Antes de la conquista ibérica, en toda esta región había ya numerosos asentamientos adaptados al medio y con capacidad para manejar exitosamente sistemas de producción, reproducción de ambientes y ecosistemas, formas de organización social, complejas estructuras de pensamiento y de conocimientos, basados en una filosofía de respeto por la naturaleza y por la esencia humana.

Aunque actualmente es imposible cualquier presentación global de la arqueología amazónica colombiana, por la insuficiencia de investigaciones en tal campo, se puede construir un marco hipotético de sistemas poblacionales en la región. Complementando los datos de las investigaciones arqueológicas realizadas en la amazonía (del Brasil, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela) con inferencias etnográficas contemporáneas, se puede visualizar tentativamente el proceso de poblamiento y desarrollo regional en los territorios amazónicos de nuestro país.

Puesto que en Colombia aparecen huellas que indican la presencia de cazadores y recolectores en el Abra (departamento de Cundinamarca) hacia el año 10.450 A.C., es de suponer que la Amazonía también estuviera siendo poblada por grupos humanos durante el período Paleoindio. Se acepta la hipótesis según la cual el poblamiento inicial del continente americano lo hicieron, hace unos 40 milenios, grupos asiáticos que procedían de Siberia. Hace algunos miles de años se habría producido también una ola de población a Suramérica, proveniente del sudeste asiático.

En la cuenca Amazónica se desarrollaron desde hace miles de años, complejas culturas aborígenes. La región fue ocupada inicialmente por grupos de cazadores-recolectores.

La Amazonía aportó un contingente muy importante de plantas domésticas a la humanidad como: la yuca brava y dulce, el cacao, la coca, el yopo, la piña, el achiote y el chontaduro.

Los arqueólogos han encontrado numerosos yacimientos en las cercanías del río Amazonas que ponen en evidencia la existencia de grandes poblados. Los materiales arqueológicos de la localidad de la Pedrera tienen semejanza con restos cerámicos hallados en el bajo Caquetá, los cuales están incluidos en la llamada Fase yapurá con figuras en su mayoría zoomorfas (patos, murciélagos, etc.).

El trayecto entre Araracuara y la Pedrera se encuentra salpicado de piedras donde los nativos grabaron numerosas figuras. Entre los motivos rupestres sobresalen rostros humanos que transforman su expresión a lo largo del río. Se encuentran también numerosas representaciones de animales y símbolos abstractos. Algunos de estos motivos parecen tener relación con tradiciones orales de los huitotos. Según los indígenas andoques, los petroglifos fueron elaborados por una generación de gigantes que antecedió a la humanidad actual; estos ascendieron al río Caquetá penetrando también en algunos de sus principales afluentes.



La ribera colombiana del río Amazonas, estuvo habitada en el siglo XIV por la cultura Omagua. Cerca de Leticia estaba localizada la provincia Aparía el Grande, una de las más destacadas de la Región.

Uno de los sitios más ricos en historia se encuentra en la localidad de Araracuara, asiento de antiquísimas culturas que dejaron numerosos testimonios de su actividad. Se sabe que la zona fue ocupada desde hace 10.000 años, en la ribera izquierda desde la tienda flotante de Santanilla hasta el pie de la cueva de los Guácharos, ya dentro del Cañón de Araracuara.

En este trayecto se pueden inventariar y fotografiar infinidad de petroglifos durante los meses de diciembre a marzo. Desde la entrada al cañón, en Puerto Arturo, se encuentran también bellos grabados. La observación se complementa atravesando el río y examinando la Piedra de los Andoques, famosa en la región.

Las obras más espectaculares se encuentran en la raudalera Guaimaraya a 80 Km. por río desde Araracuara donde se encuentran algunos grabados con tradiciones místicas, especialmente las referidas al origen de la humanidad a partir de la Serpiente Ancestral.

Etapa de formación:

Desde comienzos de nuestra era, la región amazónica se encontraba densamente poblada por grandes concentraciones humanas. Estas poblaciones utilizaban estacionalmente varios ecosistemas al tiempo, complementando la caza ocasional y la recolección con productos de la agricultura y recursos de la pesca. Se podría suponer que fueron abundantes los cultivos de maíz en algunas tierras ribereñas de los ríos Caquetá y Putumayo y que la yuca fue la base de la subsistencia en las áreas aledañas.

Los omagua, que ocuparon las riberas de medio río Amazonas practicaban la horticultura y la agricultura (maíz), así como la pesca y caza acuática que en las tierras que se inundaban anualmente. La caza no solamente era una actividad para la subsistencia sino una confrontación espiritual.

Sociedad:

Es posible que las sociedades indígenas que vivían en las riberas de grandes ríos navegables hayan desarrollado desde los siglos A.C. un tipo de organización de cacicazgo máximo o complejo basado en el modo de producción maloquero. La organización de conjuntos residenciales en torno a una maloca principal, con funciones administrativas y ceremoniales (rituales) ha sido una rasgo común de gran parte de las sociedades amazónicas.

Los estilos de vivienda, cerámica, cestería, entre otros, se tornaron igualmente en signos que distinguían los linajes, clanes, unidades maloqueras y etnias.

La pintura, los adornos corporales y la vestimenta indicaban la identidad de las etnias.


Cultura material:


En la amazonía se tienen fechas tardías sobre la actividad cerámica, casi dos milenios después de las fechas más antiguas conocidas para la cerámica americana. No se dispone aún de datos provenientes de excavaciones arqueológicas que investiguen la fase Lítica Paleoindia y las fases de cerámica temprana. Los resultados de las investigaciones realizadas hasta ahora relacionan tradiciones alfareras desde el siglo I A.C. para el área de Araracuara y desde el siglo VI D.C. para el área de la Pedrera, ambas a orillas del Caquetá – Yapurá.

La metalurgia del oro y de otros metales preciosos tuvo su desarrollo en la amazonía (Guainia y Vaupés) desde tiempos precolombinos.

Publicado por la pagina web del Sistema Nacional de Información Cultural (SINIC) del Ministerio de Cultura del hermana República de Colombia. (http://www.sinic.gov.co/SINIC/)

miércoles, 4 de julio de 2007

LLANOS DE MOXOS DESCIFRANDO SUS MISTERIOS (AMAZONÍA BOLIVIANA)



Las excavaciones arqueológicas en los montículos o ‘lomas’ en las cercanías del pueblo de Casarabe, en Beni, dan nuevas ‘luces’ sobre la cultura que los habitó. Se recuperaron más de 50.000 fragmentos de piezas cerámicas, se encontraron tumbas. La de un posible chamán es la más llamativa. Los descubrimientos replantean muchas hipótesis. La investigación en la región inicia una nueva etapa a partir de lo encontrado.

Durante muchos años, las investigaciones arqueológicas de las culturas andinas fueron como una gran montaña que ensombreció los trabajos realizados en la Amazonia boliviana y en especial la de los extensos Llanos de Moxos en Beni. Esta gran montaña, muchas veces elevada sobre la base de prejuicios y falta de información, fue contrarrestada por investigadores que a lo largo del siglo XX trataron de demostrar que esa región, en especial los montículos o lomas, guardaban un rico legado cultural, no menos importante que el de otras partes del país. Sin embargo, aún hoy son muy pocos los análisis científicos que han aclarado la función que estas estructuras artificiales tenían para la sociedad o sociedades que las habitaron y han seguido generando innumerables especulaciones. Buena parte de esas lomas sufrió la erosión, fueron usadas para la agricultura y han sido víctimas del saqueo ilegal.

Uno de los intentos por sacar de las sombras el misterio que esconden los Llanos de Moxos es el proyecto Lomas de Casarabe, que a principios de mes concluyó las excavaciones en uno de los montículos cercanos al pueblo del mismo nombre y que, entre otras cosas, ha desvelado que hubo presencia humana en un periodo de 1.000 años, rescató valiosos fragmentos de piezas cerámicas y realizó las primeras excavaciones científicas de entierros humanos.

La población de Casarabe se encuentra a 50 kilómetros al este de la ciudad de Trinidad. En territorios aledaños se levantan montículos prehispánicos que llegan a medir más de 20 metros de alto. En dos de ellos, Loma Mendoza y Loma Salvatierra ha trabajado el proyecto integrado por investigadores del Instituto Alemán de Arqueología y de la Unidad Nacional de Arqueología de Bolivia.

En 1999 iniciaron el recojo de materiales en la Loma Mendoza (5 metros de alto) o Cortada, como también es conocida, ya que fue en parte destruida en la construcción de la carretera entre Santa Cruz y Trinidad. La búsqueda de datos se realizó por cuatro años hasta que decidieron iniciar excavaciones en la Loma Salvatierra (8 metros de alto), donde trabajaron durante otros tres.

El primer paso era demostrar que las lomas estudiadas no fueron formadas por procesos naturales, como es la hipótesis de los arqueólogos Bernardo Dougherty y Horacio Calandra que cuestionaron el carácter artificial de las lomas de Beni después de sus investigaciones en los años 80. "Comprobamos que las cerámicas, huesos humanos, de animales y de la misma basura eran producto de asentamientos humanos de entre el 400 al 1.400 después de Cristo y que se construyeron plataformas superpuestas a lo largo del tiempo. En el caso de la Loma Salvatierra, por ejemplo, el sector habitacional se encuentra sobre una terraza que está en el centro del sitio y hay otra parte que ha servido casi exclusivamente como cementerio", explica el arqueólogo alemán Heiko Prümers, director del proyecto.

Una de las novedades de estas excavaciones fue encontrar cerámica muy diferente a las halladas en regiones como Bella Vista y San Ignacio, lo que para los especialistas del proyecto los anima a sostener la idea de que la región no tenía una unidad cultural y más bien que cohabitaron varias en la región y en la misma época. "La diversidad cultural parece ser una de las características de lo que hoy llamamos Moxos, porque hay diferencias marcadas que se reflejan no sólo en la variedad de cerámica, sino también en la existencia de Lomas grandes en una zona, mientras que en otra prevalecen los camellones o los terraplenes. Tal vez muchos han creído que por ser una planicie grande y al tener un río como el Mamoré que la cruza por el medio, eran una sola cultura ", opina Prümers.

Los llanos de Moxos se caracterizan por pastizales y sabanas de monte bajo, los que cubren gran parte de su territorio y en menor cantidad tiene montes, lagunas y ríos. Las lomas artificiales son parte inseparable de su paisaje. El primero en investigarlas científicamente fue el noruego Erland Nordenskiöld que a principios del siglo XX realizó excavaciones en las lomas Hernmarck, Velarde y Masicito. En ellas encontró cerámicas que tenían vinculaciones estilísticas con otras culturas amazónicas. Otro gran difusor de la riqueza cultural de la zona fue el ingeniero estadounidense Keenneth Lee, que vivió en Beni hasta fines de los 90 y que creía que los antiguos mojeños eran pueblos que habían sabido controlar las épocas de sequía y de inundaciones gracias a sistemas hidráulicos en los que estaban involucrados las lomas, terraplenes y camellones. Lee también consideraba que en el territorio beniano existían 20 mil lomas de diversos tamaños. Una cifra que no se ha confirmado, y que para algunos científicos parece exagerada.

Otro de los aportes de las investigaciones en la Loma Salvatierra es que existe un terraplén poligonal que rodea el sitio encerrando una superficie de aproximadamente 20 hectáreas que fueron descubiertas a través de imágenes satelitales y trabajo de campo que estuvo a cargo de Umberto Lombardo. "Por lo que hemos visto la loma no es sólo el montículo, sino un complejo estructural que incluye cañadas, sistemas de canales y un terraplén poligonal. Además de un evidente contacto y comunicación entre las lomas de la zona", explica el investigador. La codirectora del proyecto es la boliviana Carla Jaimes, que estuvo encargada de analizar los artefactos cerámicos que fueron recuperados. Hasta el final de la excavación se registraron más de 50 mil fragmentos de piezas, que la arqueóloga junto a un grupo de siete ayudantes se encargó de clasificar. Jaimes comenta que pudieron encontrar seis fases cronológicas de las cerámicas. Es decir que de los 1.000 años de ocupación se puede apreciar cómo han ido cambiado de forma y de características en las sucesivas ocupaciones que tuvo la loma. Pero, según la investigadora, la cerámica no era el material más importante, "seguramente tenían hermosos objetos hechos de maderas, de frutos y otros elementos orgánicos. Estando en el trópico es lógico que ellos hayan trabajado con maderas de bibosi, mara, chonta y hubieran tenido cestería junto a tejidos, porque hemos encontrado ruecas cerámicas, que es una prueba de que hilaban. Es decir que tal vez la usaban para guardar cosas líquidas o para cocinar", dice Jaimes, que agrega que se encontraron también estatuillas de muñecas o "figurinas", que por el contexto donde se las halló tenían una función doméstica y no de divinidad como en un principio se creyó.

Jaimes indica que la cerámica de la Amazonia tiene las características de inciso punteada. Es decir que son técnicas en la que cuando la cerámica está secando se le realiza incisiones con algún objeto puntiagudo y se le dibujan triángulos, líneas y otras figuras. Punteada es cuando se han utilizado los dedos u otro material para hacer puntos alrededor de la vasija. Los preconceptos han metido en la misma bolsa a la cerámica inciso punteada de la Amazonia, sin embargo dentro de esa técnica se ha demostrado que existe una gran cantidad de variantes y las de Moxos no son la excepción. Las que se encontraron en Loma Mendoza y Salvatierra son similares, pero son muy diferentes a las que se han recuperado en otras zonas, por lo que para la arqueóloga no se podría hablar de una sola cultura en la región sino de muchas.

El proyecto Lomas de Casarabe desenterró cerca de 80 esqueletos humanos. Lo curioso es que los cuerpos fueron sepultados en posiciones diferentes y el único patrón común que se encontró fue la orientación que se les dio a las tumbas que estaban en dirección norte sur. Lo más llamativo fue el descubrimiento de un esqueleto que al parecer pertenecía a una figura importante dentro de la sociedad en la que vivió. Eso lo han reconocido a través de los adornos que llevaba cuando fue enterrado. El esqueleto fue llevado a Alemania para su estudio y se ha podido comprobar que tenía entre 35 a 40 años. Cargaba collares de cuentas, colmillos de tigre y otros elementos que Prümers halló muy parecidos a los de una foto de los años 30 de un chamán ecuatoriano. Lo cierto es el cuerpo aún está en estudio y esperan que aporte nuevos datos.

El arqueólogo alemán dice que el próximo año regresarán para realizar un último análisis y luego preparar la publicación de sus resultados. Aclaró también que éste es sólo uno de los primeros pasos para conocer las culturas que poblaron Moxos y aún hay muchas lomas por estudiar. Otros grupos de arqueólogos tendrán la misión de seguir el camino iniciado por el proyecto Lomas de Casarabe.

El trabajo de campo y otros datos

El proyecto trabajó en los últimos años en la Loma Salvatierra en épocas secas. Fueron tres meses continuos de excavaciones. Las piezas encontradas luego eran lavadas con agua y cepillos. Los fragmentos de cerámica eran clasificados, dibujados, fotografíados y si estaban todas sus partes se restauraban.

- La cerámica recuperada es entregada al Museo Etnoarqueológico de Beni Kenneth Lee.

- Se encontraron tres flautas de cinco huecos hechas de huesos de animales. Dos estaban en un entierro y la otra en otro contexto.

- Los restos de animales y parte de la basura también es analizada , porque dan pautas del clima y características de cada periodo.

- En el cuerpo del posible ‘chamán’ se encontraron pequeñas piezas de cobre. Un material que no se encuentra en la región. Estos materiales aún se están analizando.

- La distribución histórica de los hablantes de Arawak tiene muchas coincidencias con las culturas de las lomas arqueológicas. Estudios más recientes demuestran que la distribución de lomas y camellones prehispánicos también tiene elementos en común con grupos que no son Arawak, como los Pano, Tupi- Guaraní y grupos sin clasificación, indica el investigador Clarck Erickson.

Articulo de Ricardo Herrera F. /De El Deber El Extra para la revista ¡OH!, del día domingo 29 de Octubre del 2006. /Fotos Instituto Alemán de Arqueología.

martes, 3 de julio de 2007

APUNTES SOBRE EL PASADO PRECOLOMBINO DE LA AMAZONÍA ECUATORIANA

El análisis histórico y arqueológico de los datos actualmente disponibles sobre la Amazonía ecuatoriana y peruana relativiza desde un principio la clasificación que hace de estas regiones el ejemplo por excelencia de las “culturas tropicales simples” (Steward, 1948), así como las clasificaciones sobre la base de adaptación ecológica supuesta de las sociedades inter fluviales (como aquellas de Meggers, 1971, retomada por Roosevelt, 1980); entendiendo estas regiones como zonas no apropiadas a los desarrollos sociales complejos. Esta doble lectura del pasado conduce a un gran número de investigadores a cuestionar hasta el modelo “de agricultura itinerante sobre roza y quema” (con frecuencia citada como el estilo de vida típico de la alta – Amazonía ) que sería en gran parte el efecto conjugado de una estrategia de supervivencia de las sociedades autóctonas frente a las persecuciones del mundo occidental y a la introducción de herramientas de acero que facilita a gran escala la deforestación. La revisión de los datos actuales demuestra igualmente que el estudio de la zona se circunscribe en una esfera regional amplia, donde conviene recalcar no únicamente los contactos con el área andina en el sentido amplio de la palabra, sino también con la Amazonía media y baja.
Los datos arqueológicos actualmente disponibles de la alta Amazonía al norte del Marañón permiten reconstituir un escenario precolombino de dos grandes periodos. El primer periodo que va desde el IV milenio A.C. al siglo VIII D.C. presenta una estrecha vinculación cultural y comercial entre la región Andina, la Costa del Pacifico y la Alta Amazonía. El segundo periodo que va desde el siglo VIII D.C. hasta el periodo español se caracterizaría por la desaparición del sistema anterior y por una cesura cultural entre los Andes y la Alta Amazonía, así como entre la Amazonía inter fluvial y fluvial. Las características culturales y sociales y las razones de desfase entre los dos grandes periodos no se conocen, razón por la cual esto debería constituir la prioridad actual.
Critica y Propuesta :
La prehistoria de la alta Amazonía es aún poco conocida y es objeto de numerosas especulaciones. Se enfrentan dos grandes posiciones, la primera posición sostiene que el origen de ciertos fenómenos culturales, andinos, ancestrales, tales como el nacimiento de la agricultura o la aparición del Horizonte Chavin en Perú se debe investigar en la selva tropical (por ejemplo Lathrap 1970), la otra posición afirma una preeminencia sea de la parte de los Andes o de la Costa del Pacifico en los procesos sociales precolombinos (por ejemplo Burger 1995). A propósito de estas dos corrientes se pueden emitir tres reservas:
1. Los datos arqueológicos y paleomedioambientales son muy insuficientes.
2. La mayoría de investigadores aplican consciente o inconscientemente, pero siempre muy estrictamente, modelos sociales o ecológicos tomados de otros periodos y de otras regiones.
3. los investigadores no tienen tampoco en consideración los datos más recientes ni el peso de las conservaciones diferenciales, dando probablemente una visión incompleta del pasado amazónico y de su diversidad.
Generalmente se divide la historia del Ecuador precolombino en tres períodos : el Formativo (4500 a. C.- 300 a.C.) que está marcado por las primeras sociedades agro-alfareras, el Desarrollo Regional (300 a. C. – 500 d. C.) que se caracteriza por la diversificación de las culturas, y el período de Integración (500d.C.-1532 d.C.) que supone una tendencia a la homogeneización cultural que culminaría con la conquista Inca.
Para ciertos investigadores -especialmente J. Guffroy quien trabajó durante largo tiempo en el sur del Ecuador y en el norte del Perú (Guffroy, 1995, 2004)-, vale insistir sobre la continuidad entre el Formativo y el Desarrollo Regional y la ruptura que ocurre al inicio del periodo de Integración. En este sentido, la prehistoria del sur del Ecuador habría conocido dos grandes momentos de desarrollo socio-cultural, el primero con el Formativo y el Desarrollo Regional, y el segundo con el período de Integración.
En el primer momento, se observa una fuerte integración entre la costa del Pacífico, el altiplano andino y las vertientes orientales de los Andes, lo que habría dado origen a un desarrollo relevante y precoz del Ecuador, aunque fuertemente desigual. Jean Guffroy llega a plantear la hipótesis según la cual el origen de la cultura Catamayo A (primera cultura formativa del extremo sur de los Andes ecuatorianos) proviene de la Amazonía (Guffroy et al., 1987:236). Esta hipótesis puede comprobarse con el descubrimiento hecho en 2002 de una nueva cultura agroalfarera en la ceja de montaña oriental del sur del Ecuador. Las fechas C14 asociadas a este material la sitúan como una de las manifestaciones culturales más antiguas de toda la región, por lo que pudiera ser precursora en muchos aspectos del Horizonte peruano de Chavín (Valdez et al., 2005). Si este es el caso, se presenta la posibilidad de que la Alta Amazonía al norte del Marañón haya jugado un rol de primer plano.
El segundo momento se caracterizaría por una ruptura y una recomposición sociocultural. Parece que el origen de varias poblaciones amerindias actuales se encuentra en este período. En Loja, en el sur de los Andes ecuatorianos, este período estaría marcado por la llegada de grupos pertenecientes al conjunto lingüístico Jíbaro-Candoa proveniente de la Amazonía (Guffroy et al., 1987; Guffroy, 2004).
Este guión pone de relieve las relaciones con la Alta Amazonía. Me parece que se puede aplicar esta hipótesis a la Amazonía ecuatoriana. Indudablemente se trata de un escenario imperfecto y hipotético. Enunciemos los datos arqueológicos :
Primer Período :
Durante el primer período, desde el Formativo hasta el Desarrollo Regional (3500-300 AC), las culturas de la Alta Amazonía serían parte de un sistema que las integró claramente a los Andes Septentrionales y Centrales (Lathrap, 1970 ; Myers, Dean, 1999 ; DeBoer, 2003). Su origen relativamente precoz y su rol son todavía mal conocidos y son objeto de numerosas especulaciones.
Así, la presencia precoz del maíz (desde 4000 AC hasta 2700 AC, según las regiones) ha sido apoyada por varios investigadores (Bush et al., 1989 ; Mora et al., 1991), pero sigue siendo hipotética, aún más considerando que el tamaño y el número de granos de este maíz antiguo, conocido únicamente por algunos polens y fitolitos, aún no han sido definidos.
Lo poco que se conoce de la iconografía se caracteriza por la presencia del dualismo y en uno de los casos por la asociación felino/serpiente/rapaz, asociación que se volverá a encontrar a lo largo de los desarrollos andinos, pero que desaparecerá de las tierras orientales en el periodo siguiente. El Formativo mal conocido, parece sin embargo relativamente antiguo en ciertas zonas (Valdez et al., 2005), lo cual sugiere la existencia de un desarrollo socio-cultural al menos tan precoz como en los Andes y en la costa del Pacífico. La insuficiencia de investigaciones de campo no permite dar una idea precisa de las evoluciones sociales. A pesar de ello, los conjuntos cerámicos del Formativo y del Desarrollo Regional, aunque muy diversos, conocen formas típicas, tales como botellas con asa estribo (Guffroy, et al 2003, Valdez et al., 2005; Porras, 1978; Shady Solis, 1987), botellas con cuello asimétrico y asa en puente (Fung, 1981; Myers et al., 1999; Morales Chocano, 1998; Porras, 1987; Ravines, 1981), cuencos a veces decorados con mucho cuidado (engobe, incisiones finas, excisiones, Saulieu, 2006), y ollas (Porras, 1979; DeBoer et al., 1977). Si hay efectivamente renovaciones culturales y desarrollos desiguales, los conjuntos cerámicos se quedan mayoritariamente en la lógica empezada en el Formativo, puesto que son testimonio de interacciones o intercambios sostenidos con los Andes y el Pacífico. En la segunda parte de este primer período, las sociedades ecuatorianas del pie de monte amazónico produjeron una arquitectura monumental (bajo Zamora, Upano, Puyo) comparable a la de otras regiones andinas. En la Amazonía, los patrones de asentamientos son todavía muy poco conocidos : uno de los únicos sitios aparentemente domésticos muestra una estratigrafía de 90 cm (Athens, 1986), sugiriendo que esas poblaciones no estaban necesariamente constituidas por horticultores itinerantes como las poblaciones indígenas actuales (Petersen et al., 2001).
Segundo Período :
El segundo momento ve el desmoronamiento del sistema anterior y una acentuación de las diferencias culturales con los Andes. Esta acentuación tuvo su origen, por una parte en las adaptaciones humanas y por otra, en la composición cultural de la Alta Amazonía que se conoce en la época moderna a través de las fuentes etnohistóricas y etnográficas. Es en este período que la Alta Amazonía se amazonisa, por decirlo de alguna manera, para tomar una forma tan típica marcada por la preeminencia de formas culturales anímicas (como lo describe Descola, 2005) y socialmente acéfalas. Ello se traduce por dos escenarios.
Se constata en primer lugar, la rápida expansión de un horizonte cerámico, llamado Corrugado, en las zonas que no se encuentran directamente en contacto con los grandes ejes fluviales formados por el Napo, el Marañón, el Ucayali y el Huallaga. Este horizonte se caracteriza por una cerámica de pasta relativamente burda cuya decoración básica está constituida por la utilización de bandas de barro sobrepuestas en el cuello y hombro de las vasijas. De un punto de vista material, nuestra hipótesis descansa sobre el hecho que a partir de los siglos VII y VIII se constata, en numerosas regiones (por ejemplo en el Upano, cf. Rostain 1999-a y 1999-b, Loja, cf. Guffroy 2004):
- La desaparición de las formas más típicas (especialmente las botellas con o sin asa, con uno o más cuellos) y de tradiciones cerámicas del período anterior.
- Una homogeneización superficial con modos decorativos que privilegian las decoraciones corrugadas, mientras que los particularismos locales parecen importantes.
- La desaparición de la arquitectura monumental.
- una disminución nítida de las interacciones a larga distancia, tanto en lo referente a materiales exóticos (Spondylus, turquesa), como a rasgos estilísticos e ideológicos. (Rostain, 1999-a; Guffroy, 1995, 2004; Guillaume,Guffroy, Valdez, Saulieu, 2003).
Los patrones de asentamiento permiten formular la hipótesis que las estructuras sociales parecen más parceladas y temporales que durante las fases anteriores, lo cual corresponde relativamente bien a lo que se conoce de las prácticas de las poblaciones indígenas actuales pertenecientes al grupo lingüístico jíbaro (horticultores de roza y quema, sociedades acéfalas).
El otro escenario que se da, muestra a lo largo de ciertos ríos navegables y en ciertos sectores de las vertientes andinas (valle de los Quijos), la disposición de sistemas sociales complejos fundamentados en el intercambio comercial. El Horizonte Policromo procedente de las llanuras aluviales de la Baja Amazonía coloniza, hacia los siglos X y XI, el Napo (Evans y Meggers, 1968) y una parte del Marañón hasta el Putumayo, y se articula con el Panzaleo-Cosanga-Píllaro sobre la vertiente andina.
Los datos etnohistóricos nos permiten reconocer los diversos grupos étnicos y muchas veces su origen lejano, los cuales tienen funcionamientos sociales complejos y jerarquizados, con sistemas de producción especializados (particularmente el oro, la cerámica y los tejidos de algodón). Los intercambios a través de grandes distancias se concentran en algunos grandes ejes formados por el Napo, el Marañón, el Ucayali y el Huallaga (sal, curare, oro, algodón, aceite de tortuga, etc.) y parecen controlados por esas poblaciones que tienen una inclinación fuerte para la navegación y el hábitat fluvial.
Conclusión :
Si la comprensión de los dos periodos aún debe ser afinada, propone desde ya graves cuestionamientos acerca de las razones del cambio. Es evidente que no se trata de un determinismo ecológico, ya que en el Formativo y en el Desarrollo Regional, la alta Amazonía se habría desarrollado en simbiosis con los Andes y la costa del pacífico. En lo que nos concierne, estaríamos tentados por la hipótesis según la cual esto habría correspondido a una reorientación profunda en los tipos de desarrollos sociales en esta región tropical húmeda, por razones todavía enigmáticas pero talvez en parte ligadas a grandes movimientos pobacionales. Philippe Descola (2005) muestra que la percepción del medioambiente que tienen las poblaciones actuales de la alta Amazonía obedece a esquemas animistas. Esta particularidad las diferencia muy nítidamente de las areas de las grandes civilizaciones conocidas históricamente, especialmente andinas. Nos inclinamos por la tanto a pensar que no siempre ha sido así, y que antes de la gran ruptura del principio del periodo de Integración, las sociedades de la alta Amazonía funcionaban en gran parte de otro modo, un modo que les permitía justamente poder articularse perfectamente con las sociedades andinas y costaneras. De allí a pensar que se trataba de sociedades que funcionaban mayoritariamente con esquemas analógicos, sólo hay un paso.
Articulo del Arqueólogo Francés Geoffroy de Saulieu
Viernes, 16 de febrero de 2007

domingo, 1 de julio de 2007

NOTAS SOBRE PREPARATIVOS DE TRABAJO DE CAMPO (ARQUEOLOGÍA BRASILEÑA)

¿Cómo el arqueólogo define áreas y temas de investigación en un Brasil grande, complejo y con mucho más de 500 años?

Arreglando las valijas

Una familia esta planeando sus vacaciones y entonces aparecen dudas:¿Para dónde viajar?,¿Un trayecto ecológico en el medio de la selva amazónica?,¿Agarrar el rumbo para las frías sierras gauchas del sur del país?, o ¿Embarcar para las playas siempre con sol del nordeste.

Todas las pociones son atrayentes mas, dependiendo del lugar que se escoja y del destino, nuestra familia tendrá que cambiar el contenido de las valijas.

Esto es normal, ya que Brasil se encuentra entre los países de mayor extensión territorial, abrigando desde Oiapoque a Chuí, grandes variaciones regionales. Existen diferencias de clima, de relevo, de fauna y flora; de la misma manera que existen diferencias culturales: en el sur, la familia de viaje encontrará a los gauchos de la Pampa tomando mate y preparando un lindo asado; en bahía, participará de una rueda de capoeira (baile mezclado con lucha oriundo de los esclavos negros) y se deleita con las exquisiteces en las tiendas de las baianas, a la sombra de los coqueros. Y esto para citar solamente dos ejemplos.

Guardando las dividas proporciones, brasil pre-colonial (o sea Brasil antes de la llegada del colonizador europeo) presentaba igualmente una compleja combinación de ocupaciones humanas, cada cual con su propia identidad e historia.

Así, el arqueólogo tiene que definir con claridad su región de trabajo, pues pesquisar los sitios de tierra negra de las barrancas del Amazonas o sitios de sambaqui del litoral sur brasileño, exige todo un cuerpo de conocimientos, técnicas y análisis muy diferentes.

Una vez seleccionada el área geográfica de actuación, el arqueólogo pasa a establecer el tema de pesquisa que va a desenvolver, bien como los métodos de investigación que tendrá que emplear para buscar determinadas respuestas.Hay arqueólogos que son volcados, por ejemplo, a estudios sobre el inicio de la población en Brasil y rutas migratorias, o arqueólogos interesados en la introducción de la agricultura, en el surgimiento de las sociedades complejas, etc. Son innumeras las posibilidades de pesquisa, y es justamente esta variedad que transforma la arqueología brasileña tan rica e interesante.

De viajante a detective

El trabajo de el arqueólogo puede, en varios aspectos, compararse a la búsqueda de un detective. Mediante los más variados restos materiales dejado por las sociedades antiguas, él busca reconstruir los diferentes modos de vida del pasado. Encontrar estas pistas se transforman en el primer paso de la investigación.

El lugar donde aparecen los vestigios materiales es llamado por los investigadores "sitio arqueológico".Pero los sitios arqueológicos son muy variados, presentando grandes diferencias entre sí: puede ser una gran aldea, con 3.000 m2, o un pequeño campamento de caza, con apenas10m2.

De la misma manera, un sitio puede presentar una gran variedad y cantidad de objetos (como fragmentos de cerámica, herramientas de piedra afilada y piedra pulida, restos de hoguera, depósitos para guardar cereales y hasta los agujeros de estacas de las cabañas), puede contener un único tipo de evidencia (como los sitios cementerios, que solamente presentan sepulturas).

Mismo antes de ir a campo, el arqueólogo puede obtener una buena idea del cuadro de posibilidades que podrá encontrar, usando modernas herramientas y tecnologías, como imágenes de satélite, fotografías aéreas y mapas. Algunos sitios más visibles, como los sambaquis de la costa, o los atierros del Pantanal, llegan a ser identificados a partir de estos mapas e imágenes, y los trabajos de campo vienen a confirmar su presencia.

El análisis periódico de imágenes aéreas, también puede ayudar al monitoreo de los sitios, de la misma manera que órganos de protección ambiental observan a distancia, la deforestación de la floresta amazónica y tomar las medidas necesarias para su preservación.

Probando hipótesis en el terreno

Después de estas etapas preparatorias, llega la hora del arqueólogo arremangarse, y actuar directamente en el terreno, identificando y registrando restos de ocupaciones humanas existentes en una determinada región.

De cualquier manera, es necesario reconocer estos restos, y esto no siempre es fácil. ¿Cómo saber si una piedra fue rota de manera natural o si fue tallada por la mano humana? Los equipos tienen que ser bien entrenados para que reconozcan vestigios; los cuales pueden haber sido realizados a millares de años atrás y que, muchas veces, ya se encuentran bien maltratados por la acción del tiempo. Además, los vestigios pueden estar en varios lugares: en el margen de los grandes ríos, en puntos altos de las lomas, en vertientes de suelo fértil, sobre islas o en las entradas de cavernas.

Aquí cuenta la experiencia del "arqueólogo detective", que precisa conocer los sitios existentes en su área de investigación. Para esto, el arqueólogo usa diferentes técnicas: desde los levantamientos iniciales más generales hasta los levantamientos intensivos, también llamados de "barredura".

Algunos restos son encontrados en la superficie de los terrenos y los equipos, caminando por el área, reconocen piezas desparramadas por el suelo. Otros vestigios están enterrados en profundidades que varían desde pocos centímetros a algunos metros. En este caso, el arqueólogo realiza una serie de sondeos manuales, utilizando picos, palas y otras herramientas semejantes. En algunas situaciones es justificable, inclusive, el empleo de maquinarias de porte, como excavadoras, y palas mecánicas.

Para conocer lo que esta enterrado, el arqueólogo también cuenta con recursos sofisticados, que pueden ver lo que esta debajo de la superficie. Existen varios métodos y aparatos desenvueltos por geofísicos, como GPR (Ground Penetrating Radar): a través de la emisión de ondas magnéticas, detecta la presencia de cuerpos enterrados, mandando un "rayo X" del subsuelo. Todavía, estos aparatos son útiles para definir áreas más favorables para las excavaciones, o para identificar áreas que deben ser preservadas para futuras investigaciones.

Habiendo identificado un sitio arqueológico, el investigador realiza una serie de actividades, como llenar las fichas de catastro, la medición del área, descripción de los vestigios, fotografías y en algunos casos, colecta de piezas.

La búsqueda de sitios arqueológicos constituye, no en tanto, apenas una primera etapa de la investigación. Muchas otras actividades de campo, todavía están por venir, sin hablar de los análisis y estudios de laboratorio y gabinetes. El trabajo del “Arqueólogo detective” va mucho más adelante...

Publicado por el Instituto Brasileño “Itaú Cultural” en su Web dedicada a la Arqueología Brasileña. (http://www.itaucultural.org.br/arqueologia/)

IX REUNIÓN DE CANCILLERES DE LOS ESTADOS MIEMBROS DE LA ORGANIZACIÓN DEL TRATADO DE COOPERACIÓN AMAZÓNICA (OTCA) "DECLARACIÓN DE IQUITOS"


Los señores Cancilleres y Vicecancilleres de Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela, reunidos en la ciudad de Iquitos, el 25 de noviembre de 2005, a fin de asistir a la "IX Reunión de Ministros de Relaciones Exteriores de los Estados Miembros de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA)"

1. EXPRESAN su complacencia por el nivel de concertación alcanzado por los países amazónicos dentro del marco político del Tratado de Cooperación Amazónica (TCA) y, con ocasión de los 25 años de entrada en vigor del TCA, renuevan su decisión de seguir trabajando conjuntamente, convencidos de que la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA) es un foro adecuado para promover la integración, el desarrollo sostenible y la solidaridad regional, en el propósito compartido de fortalecer las instituciones democráticas y profundizar la lucha contra la pobreza.

2. REITERAN su determinación política para que la OTCA contribuya a la profundización y perfeccionamiento del proceso de integración regional dentro de la Comunidad Sudamericana de Naciones.

3. De conformidad con los mandatos emanados de las declaraciones presidenciales de Cusco (diciembre, 2004) y de (Brasilia, septiembre 2005) instruyen a la Secretaría Permanente de la OTCA a coordinar con las Secretarías de la Comunidad Andina, del Mercado Común del Sur (MERCOSUR), de la ALADI y del CARICOM, Secretaría Técnica de IIRSA, con miras a coadyuvar en la consolidación de la Comunidad Sudamericana de Naciones.

4. En este sentido REAFIRMAN la fundamental importancia que para los Estados Miembros tiene la región amazónica, el común propósito de conjugar esfuerzos para lograr la plena incorporación de sus territorios amazónicos en las respectivas economías nacionales, su voluntad y responsabilidad de conservar los recursos naturales de la Amazonía y el derecho soberano de aprovechar sosteniblemente dichos recursos.

5. RECIBEN con beneplácito la iniciativa del proyecto de Carta Amazónica presentada por el Gobierno del Perú y DECIDEN abrir un proceso de negociación sobre el mismo en el seno del Consejo de Cooperación Amazónica, que lleve a su adopción en el marco de los veinticinco años de la vigencia del Tratado de Cooperación Amazónica.

6. RESALTAN la importancia de la interrelación dinámica de los diferentes ecosistemas y regiones geográficas que conforman la Cuenca Amazónica; y, DECIDEN continuar trabajando a fin de promover espacios productivos sustentables y de complementación social, económica, ambiental, turística y cultural en toda la cuenca.

7. REAFIRMAN la voluntad política de desarrollar mecanismos eficaces de cooperación para conservar la Cuenca Hidrográfica del Amazonas, una de las reservas más grandes de agua dulce del planeta; y, en este sentido, DESTACAN la necesidad de ejecutar en sus territorios acciones indispensables para la conservación del ecosistema amazónico, incluyendo aquellas dirigidas a contrarrestar el grave problema del progresivo deshielo de los glaciares andinos.

8. SALUDAN los avances realizados por la OTCA para la ejecución del proyecto de Gestión Integrada y Sostenible de los Recursos Hídricos Transfronterizos de la Cuenca del Río Amazonas, que cuenta con el apoyo financiero del PNUMA/GEF, y permitirá, entre otros propósitos, la elaboración de estudios y proyectos de armonización normativa e institucional para la gestión de dichos recursos hídricos.

9. En seguimiento del mandato emanado de la Declaración de Manaos, INSTRUYEN a la Secretaría Permanente de la OTCA a intensificar los esfuerzos dirigidos a la elaboración de estudios y la aplicación de tecnologías alternativas de transportes, que hagan posible el intercambio de bienes y servicios en las regiones interiores de la Amazonía.

10. RESALTAN la necesidad de continuar cooperando entre los países amazónicos en el proceso de revisión, perfeccionamiento e implementación del Plan Estratégico OTCA 2004-2012 para actuar en las áreas de interés común hacia el desarrollo sostenible de la Amazonía, garantizando el logro de beneficios y su distribución equitativa para el mejoramiento de la calidad de vida de las poblaciones locales, en especial el acceso a la educación, a los servicios de agua potable, saneamiento, salud, comunicaciones, energía, transporte y, en general, de lucha contra la pobreza.

11. EXPRESAN su reconocimiento y felicitación a los señores Ministros y Altas Autoridades por los avances alcanzados en las reuniones de Propiedad Intelectual (Río de Janeiro, junio de 2005) y de Ciencia y Tecnología, (Lima, agosto de 2005), como parte de las acciones a desarrollar en el marco de los programas de trabajo de la OTCA y, en este sentido, RENUEVAN el mandato a la Secretaría Permanente para promover las reuniones ministeriales con el propósito de avanzar en la interlocución política sobre cuestiones de interés de los Estados Miembros, tales como Medio Ambiente, Comercio e Integración, Defensa y Seguridad Integral y Desarrollo Social de la región amazónica.

12. DESTACAN la realización de la Segunda Reunión de las comisiones nacionales permanentes del Tratado de Cooperación Amazónica, efectuado en Brasilia, del 10 al 12 de mayo de 2005, y reafirman su voluntad de cooperar y ofrecer asistencia para fortalecerlas, a fin que se constituyan en un espacio de concertación para favorecer y facilitar la aplicación de las disposiciones del TCA.

13. REAFIRMAN la voluntad política de los Ministerios de Relaciones Exteriores de continuar desempeñando un papel activo en la coordinación de las Comisiones Nacionales Permanentes, e INSTRUYEN a la Secretaría Permanente de la OTCA para que elabore, con las Comisiones Nacionales Permanentes, a través de las respectivas Cancillerías, una estrategia de coordinación con ella para la efectiva ejecución de los Ejes Estratégicos propuestos en el Plan Estratégico 2004 - 2012 y para el seguimiento por parte de los Países Miembros.

14. ENFATIZAN la importancia de que los Estados Parte continúen articulando posiciones conjuntas en temas de medio ambiente y desarrollo sostenible en los diversos foros internacionales, tal como se apreció en el V Período de Sesiones del Foro de las Naciones Unidas sobre Bosques. Consecuentemente, DECIDEN continuar este proceso de consultas y concertación de posiciones e INSTRUYEN a la Secretaría Permanente de la OTCA a coadyuvar en este proceso. Asimismo, DECIDEN coordinar posiciones comunes con el apoyo de la Secretaría Permanente, particularmente en el VI Período de Sesiones del Foro de las Naciones Unidas sobre Bosques y en el IV Foro Mundial del Agua.

15. SUBRAYAN, en lo que se refiere a los problemas derivados del cambio climático, la necesidad de tomar medidas urgentes, a nivel nacional, regional e internacional, para revertir dicho fenómeno y su incidencia en el problema de la deglaciación. Asimismo, DECIDEN profundizar la coordinación en el ámbito de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático con miras a promover adecuadamente los intereses de los países de la región.

16. COINCIDEN en la importancia de coordinar estrategias en temas vinculados a los compromisos adquiridos durante la Cumbre de Johannesburgo sobre Desarrollo Sostenible, que contribuyan con los objetivos del Tratado de Cooperación Amazónica, así como en la identificación de acciones relacionadas con dichos temas y concertar políticas y estrategias que coadyuven a la articulación de redes nacionales de cooperación, en cuanto sea posible.

17. En vista de la próxima celebración de la reunión sobre seguridad y defensa integral de la Amazonía, INSTAN a abordar dentro de su agenda de trabajo las implicaciones sociales, ambientales y económicas del problema mundial de las drogas para la cuenca amazónica y reiteran la necesidad de enfrentarlo en todas sus fases.

18. REAFIRMAN el compromiso en el marco del Tratado de conceder especial atención a la consideración de iniciativas presentadas por países de menor desarrollo y, DECIDEN aunar esfuerzos de acciones conjuntas para atender las necesidades particulares de cooperación para Bolivia, como país en desarrollo sin litoral, así como, de Guyana y Suriname como países pequeños y vulnerables.

19. RECONOCEN la necesidad de prevenir, combatir y eliminar todas las formas de degradación ambiental en la región amazónica que menoscaban la calidad de vida de las poblaciones locales; y, DECIDEN adoptar medidas que contribuyan a controlar y mitigar practicas ilícitas, como por ejemplo, incendios forestales provocados, actividades ilegales mineras, principalmente auríferas, y el trafico de productos forestales, de flora, de fauna, así como la apropiación ilícita de recursos genéticos y conocimientos tradicionales.

20. EXPRESAN su satisfacción por el Proyecto de Validación de 15 Indicadores de Sostenibilidad del Bosque Amazónico, el cual deberá continuarse con la implementación de actividades y la cooperación de los Estados Miembros de la OTCA, según el cronograma adoptado en la reunión de agosto de 2005.

21. CONSCIENTES de la necesidad que para los Estados Parte tiene dar impulso a la investigación científica, la generación de conocimientos, el desarrollo tecnológico y la formación de recursos humanos, orientados al sostenimiento de los recursos naturales y a la identificación de acciones que contribuyan a la solución de problemas sociales, económicos, ambientales, tecnológicos, educativos y culturales de la Amazonía. INSTRUYEN a la Secretaria Permanente de la OTCA a coordinar a través de las comisiones nacionales permanentes y el Sistema de Universidades Amazónicas (UNAMAZ), para elaborar políticas y estrategias orientadas al logro de las iniciativas planteadas.

22. En ese sentido, CONGRATULAN al Brasil por la iniciativa de extender a los demás países de la OTCA la posibilidad de postular al Premio Profesor Samuel Benchimol, que busca resaltar iniciativas en favor del desarrollo sostenible de la Amazonía.

23. ACUERDAN intensificar los esfuerzos nacionales y regionales para avanzar los estudios sobre el desarrollo de vías de navegación, hidrovías y otros medios de transporte del sistema amazónico, contribuyendo con los adelantos que se realizan en el marco de la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Sudamericana-IIRSA, en el eje Amazonas, y promover su utilización para impulsar la complementariedad de las economías y potenciar el desarrollo integral de la región; así como, INSTRUYEN a la Secretaria Permanente de la OTCA para que colabore con los Estados Miembros en la elaboración de dichos estudios.

24. Asimismo, ACUERDAN estimular la adopción de medidas de incentivo que promuevan y faciliten la ampliación de la conectividad aérea regional, como factor clave para la integración y desarrollo de la Amazonía.

25. DECIDEN promover la cooperación entre los Estados Parte con miras a elaborar proyectos nacionales de sistemas de información geográfica de vigilancia ambiental de la Amazonía que contribuyan a mejorar los conocimientos de los países miembros de la OTCA sobre la Amazonía y monitorear las actividades pertinentes desarrolladas en la región. Asimismo, RECOMIENDAN a la Secretaría Permanente de la OTCA, en la medida de sus posibilidades técnicas, apoyar la formulación de proyectos que permitan concretar el ofrecimiento del Gobierno de Brasil, de extender a todos los países miembros la posibilidad de cooperar en el ámbito de los sistemas de protección y vigilancia de la Amazonía SIVAM SIPAM, especialmente en áreas como: desarrollo científico y tecnológico; aprovechamiento y monitoreo de recursos hídricos, minerales y forestales; monitoreo de incendios forestales y el combate de actos ilícitos en la región.

26. EXPRESAN su satisfacción por la participación de invitados especiales y observadores en las reuniones de Ministros de Relaciones Exteriores de la OTCA.

27. ACOGEN con beneplácito la decisión adoptada en la Primera Reunión de Jefes de Estado de la Comunidad Sudamericana de Naciones de celebrar en la ciudad de Quito, durante el primer semestre del año 2006, una reunión de los países sudamericanos, en coordinación con UNAMAZ y otras instituciones académicas y organizaciones gubernamentales regionales y subregionales, a fin de analizar puntos de interés común sobre medio ambiente, e INSTRUYEN a la Secretaría Permanente de la OTCA que preste su decidido apoyo a esta iniciativa.

28. DECIDEN encargar a la Secretaria Permanente la promoción de "Ferias Amazónicas", con la activa participación en ellas de los países amazónicos; las que serán de carácter comercial, cultural, turístico y académico, a fin de fomentar el intercambio entre los países.

29. RECONOCEN la importancia de la participación ciudadana de los países de la región amazónica, incluyendo a los pueblos indígenas y comunidades locales en los programas y proyectos de la OTCA, SALUDAN las Consultas Nacionales que se llevaron a cabo en Quito - Ecuador y en La Paz - Bolivia; e INVITAN a los demás Países Miembros a que realicen los respectivos encuentros que estimen convenientes.

30. CONGRATULAN al pueblo y al Gobierno de Surinam en la ocasión de la celebración del trigésimo aniversario de su independencia, que se conmemora en el día de hoy.

31. ACOGEN con satisfacción el ofrecimiento de la Republica del Ecuador para llevar a cabo la III Reunión Cumbre de Presidentes de los Estados Miembros de la OTCA, en el primer semestre de 2006.

32. También ACOGEN con satisfacción el ofrecimiento del Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela para que la X Reunión de Ministros de Relaciones Exteriores de los Estados Miembros de la OTCA se realice en su país, en el segundo semestre de 2006.

33. AGRADECEN a la Secretaria General por la presentación de su Informe del periodo comprendido entre septiembre del 2004 y noviembre de 2005 y expresan su reconocimiento y satisfacción por la labor realizada por la Secretaria Permanente en los últimos doce meses que condujo a acciones de desarrollo y protección de la Amazonía y al aumento de la conciencia sobre temas y problemas de la región.

34. EXPRESAN al pueblo y al Gobierno del Perú, en la persona del Excelentísimo señor Ministro de Relaciones Exteriores, Embajador Oscar Maúrtua de Romaña, su agradecimiento por la hospitalidad dispensada, así como su sincera felicitación por la excelente organización de la "IX Reunión de Ministros de Relaciones Exteriores de los Estados Miembros de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica".

Iquitos, 25 de noviembre de 2005

Por la República de Bolivia
Por la República Federativa de Brasil
Por la República de Colombia
Por la República del Ecuador
Por la República Cooperativa de Guyana
Por la República del Perú
Por la República de Surinam
Por la República Bolivariana de Venezuela

Publicado el 25 de noviembre de 2005.
"Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA)"